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Sin espacios, no hay movimientos.

Espacios imprescindibles para una buena técnica de esquí.

Cualquier deporte precisa de unos movimientos y de la aplicación de la técnica para poder practicarlo. En la practica del esquí alpino al igual que ocurre con los demás deportes es fundamental ejecutar una serie de movimientos más o menos complejos para poder encadenar los virajes durante un descenso.

Desde los pies, parte de nuestro cuerpo más próxima a la nieve, hasta la parte superior del cuerpo o nuestras extremidades, nos ayudan a generar los movimientos de manera precisa.

Para esquiar, generamos movimientos en todas las direcciones.

Si nuestro objetivo es el de seguir mejorando como deportistas, o simplemente como esquiadores de ocio, deberemos comprender algunos de los movimientos más básicos para poder encadenar virajes en los descensos de cualquier sesión y en cualquier tipo de nieve o terreno. Muchos de vosotros, sobretodo todos aquellos que sois amantes de este deporte independientemente del nivel al que os encontréis habéis oido hablar de conceptos como extensión, flexión, inclinación, rotación o angulación.

Todos los términos que se emplean en el plan de enseñanza del esquí o por lo menos los más comunes los iré tratando de manera individual en futuras entradas del blog, pero no tendría ningún sentido entrar en materia o terminología más especifica sin realizar con anterioridad una observación o análisis de los espacios que tiene que respetar y generar mi cuerpo para poder implantar todos esos conceptos y movimientos de manera eficaz.

Para poder ejecutar un movimiento con naturalidad o encadenar una serie de diferentes movimientos, mi cuerpo necesita espacios. Cuando caminamos de manera natural, dejamos espacios entre nuestras articulaciones para poder coordinar los movimientos que nos permiten desplazarnos de forma habitual. En el esquí ocurre lo mismo, necesito una serie de espacios para intentar aplicar movimientos de una forma lo más natural posible y que estos sean eficaces.

Viraje paralelo elemental o viraje básico.

Independientemente del nivel que tenga y a excepción de algún viraje especifico en el que tendré que trabajar con mis piernas de manera simultánea o con los pies juntos, lo normal es que la separación de mis pies, vaya acorde con la fisionomía de cada individuo y su anchura de caderas. Esta separación es fundamental para que desde mis pies que son la parte más próxima a la nieve y de manera ascendente hasta nuestra parte superior del cuerpo, se puedan generar los movimientos de flexión-extensión, necesarios para la practica del esquí. Si por lo contrario lo que llevo es los pies juntos con la intención de tener un mayor control de mis esquís lo único que puedo conseguir son desequilibrios difíciles de mantener. Algo similar ocurre si lo que llevo son los pies demasiado separados con la intención de tener un apoyo estable, generare un exceso de carga en el esquí del monte y la consiguiente perdida de control del esquí del valle.

No debemos de pasar por alto que el esquí se practica en un plano inclinado y que este a su vez es deslizante, lo cual me va a suponer una compensación constante de mi cuerpo para adaptarme de la mejor manera posible.

De la misma manera que ocurre con mis pies, va a ocurrir com mi parte superior del cuerpo, llevar el tronco demasiado bajo con la intención de generar más presión a mis esquís o de aumentar las flexiones de mis piernas, me va a limitar el trabajo ya que lo único que voy a conseguir seguro es un bloqueo de mis caderas, impidiendo realizar un movimiento correcto.

Giro en cuña, con movimiento alternativo-silmutáneo de las piernas.

Nuestros brazos juegan un papel principal a la hora de esquiar o de ejecutar movimientos con las piernas, no llevar una buena colocación de los mismos no solo no me van a permitir realizar los movimientos de manera eficaz si no que me van a causar problemas o incluso a generar movimientos contrarios que me dificultaran mi aprendizaje y el buen desarrollo de la técnica. Una colocación y separación correcta de mis brazos son imprescindibles para esquiar. Con movimientos extraños o una colocación incorrecta se puede retrasar en gran medida mi evolución como deportista e incluso adquirir gestos que en un futuro son difíciles de corregir.

Los espacios correctos para una buena aplicación de la técnica.

Piernas y pies.

La separación de las piernas y de los pies a modo genérico, tienen que ir acordes a la separación de mis caderas, similar a la separación que utilizamos cuándo caminamos. Digo a modo genérico, porque no es una regla que se cumpla para la ejecución de todos los tipos de virajes que existen en el plan de enseñanza del esquí alpino.

Parte superior del tronco.

La parte superior del tronco, tiene que respetar el espacio respecto a mis piernas, con una media flexión, de lo contrario se genera una posición de bloqueo que me limita en gran medida los movimientos verticales y laterales como son la extensión-flexión o la inclinación y angulación. Esto a su vez produce que no le podamos transmitir a los esquís las presiones correctas.

Los brazos.

Tienen que ir ligeramente separados del cuerpo y hacia delante, sin llevarlos ni muy altos, ni muy bajos y por supuesto nunca pegados al cuerpo. La colocación y separación de los brazos es fundamental para poder ejecutar los movimientos correctos. El control de movimientos innecesarios de los brazos es una de las cosas que más cuesta a la hora de esquiar y se le debe de prestar una atención destacada ya que de lo contrario por mucho que nos esforcemos en aplicar una técnica correcta nos será prácticamente imposible. A diferencia de otros deportes en los que los movimientos de los brazos son indispensables, en él esquí los brazos tienen que ir muy controlados facilitando nuestra colocación y proporcionando equilibrio y estabilidad.

Y ahora a disfrutar en el medio, que como siempre os digo:

La nieve, nunca esta de oferta!!!!!! Buen fin de semana y hasta el sábado que viene.